El agua es un alimento

¿Es el agua una bebida?

Con la previsión de que la población mundial supere los 9.000 millones de habitantes en 2050 (Naciones Unidas), se ejercen presiones sobre los sistemas alimentarios existentes, su sostenibilidad para el medio ambiente y las implicaciones para la seguridad alimentaria. La sobreexplotación de la tierra y las prácticas agrícolas intensivas tienen externalidades adversas sobre la calidad del suelo y del agua y han sido las causas de grandes crisis sanitarias. La producción de alimentos a partir de los océanos y la acuicultura en tierra aliviarán parte de la presión que se ha ejercido sobre la agricultura para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU en materia de seguridad alimentaria, acción climática y preservación de los océanos.

Una forma de obtener significativamente más alimentos y biomasa de forma sostenible del océano es cosechar alimentos marinos que, en promedio, provienen de un nivel trófico inferior al que cosechamos actualmente. Una ventaja de la maricultura de plantas (por ejemplo, algas) y herbívoros (por ejemplo, mejillones) en comparación con la agricultura es su independencia de los fertilizantes industriales, los piensos y los grandes suministros de agua dulce. Además, el cultivo de algas puede capturar carbono (sumidero de carbono) y se considera un medio viable para reducir o incluso equilibrar las emisiones de carbono a nivel mundial, ocupando una fracción de los océanos del mundo. Por ejemplo, un kilo de mejillón requiere 100 veces menos CO2 para producirse que la carne de oveja.

El papel del agua en la elaboración de alimentos

A nivel mundial, el agua es un cuello de botella para la seguridad alimentaria y, como tal, es necesario un nuevo enfoque del agua para los alimentos. La inseguridad alimentaria está llamando a la puerta de todos los países, incluidos los más desarrollados. Además, las interrupciones en las cadenas de suministro de alimentos que resultan de la continua dependencia de un enfoque de sistemas alimentarios y agrícolas tradicionales y no sostenibles hacen que la inseguridad alimentaria esté aún más presente. Este artículo explora la relación actual entre la producción de alimentos y los recursos hídricos. Intenta comprender mejor cómo podríamos reducir las interdependencias entre los alimentos y el agua dulce explorando fuentes de agua nuevas y alternativas, incluida la mejora de la eficiencia del agua verde y reciclada.

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La interconexión entre los recursos de agua, energía y alimentos es extrema, sobre todo en las regiones áridas del mundo, como la región de Oriente Medio y Norte de África (MENA). El agua, en particular, es clave para toda la cadena de suministro de alimentos, incluyendo la producción y el procesamiento (Uhlenbrook et al., 2022). Este documento se centrará en el lado de la producción del sistema alimentario. Estos recursos se enfrentan a la amenaza de futuros vacíos de suministro, por lo que comprender mejor sus complejidades y reducir las interdependencias es fundamental para garantizar la resiliencia de las comunidades. Este artículo pone de relieve los retos que plantean las carencias ya existentes de recursos hídricos, alimentarios y energéticos y sus subsistemas interconectados. Estos retos no harán más que aumentar en los próximos 20 años. Lautze (2020) analizó las medidas que la comunidad de nexos del FEM debe adoptar para hacer avanzar la aguja. Recomendó sus acciones: demostrar el impacto y la utilidad sobre el terreno, mantener la sencillez del mensaje y las acciones del nexo, y el compromiso multidisciplinar de todos los sectores del nexo.

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Propiedades del agua en los alimentos

Este libro destaca el nexo agua-energía-alimentos como uno de los problemas medioambientales globales más importantes y fundamentales a los que se enfrenta el mundo. Los cambios climáticos y sociales están ejerciendo una mayor presión sobre los recursos hídricos, energéticos y alimentarios. Como el agua es el aspecto central dentro de este conjunto, el libro se centra en las compensaciones inherentes a los recursos hídricos entre la producción/consumo de energía y alimentos. Además, analiza un enfoque inter y transdisciplinario para comprender la complejidad del sistema del nexo agua-energía-alimentos, y crear opciones políticas para reducir las compensaciones entre los recursos. El contenido integra diversas disciplinas académicas, entre las que se incluyen no sólo las ciencias naturales (por ejemplo, hidrología, oceanografía costera, biociencia acuática costera, pesca, ciencias ambientales de la tierra, etc.), sino también las humanidades y las ciencias sociales (por ejemplo, política marina, política energética ambiental, gobernanza de los recursos, teoría del proceso político, etc.). El libro puede utilizarse como libro de texto en cursos de ciencias de la sostenibilidad de nivel universitario y de posgrado. Además, su contenido práctico y su enfoque transdisciplinar a la hora de abordar las cuestiones relativas a los nexos con las partes interesadas ofrece información vital tanto para los profesionales como para los administradores.

Ensayo sobre la alimentación y el agua

El proyecto, dirigido por el profesor Francesco Laio del Politécnico de Turín y financiado por el Consejo Europeo de Investigación, fue pionero en la investigación científica sobre el consumo de agua en la agricultura para la producción y el comercio de alimentos.

El indicador de la Huella Hídrica (HH), introducido a principios de la década de 2000 por Arjen Hoekstra, proporciona una herramienta para evaluar el uso del agua para la producción de alimentos en el espacio y el tiempo, a diferentes escalas de resolución. Nuestra investigación se basa en los resultados de Hoekstra y avanza en el estado del arte sobre la evaluación de la Huella Hídrica en el tiempo y el espacio para varios productos alimentarios cruciales. Todo lo que hay que saber al respecto se recoge en esta sección.

  Es malo beber agua del grifo

El comercio internacional de alimentos es vital para la seguridad alimentaria: aproximadamente una cuarta parte de los alimentos producidos para el consumo humano se comercializa a nivel internacional. El agua que utilizan las zonas productoras (o exportadoras) se transfiere prácticamente a las zonas de consumo (o importadoras) a través del comercio de productos agrícolas. ¿Cuáles son las implicaciones de este comercio para los recursos hídricos? Descubra más consultando nuestras publicaciones sobre el tema.

Por James Ávalos Escobedo

Soy James Ávalos Escobedo, fotógrafo profesional y ganador de diferentes concursos de fotografía. Me gusta mucho en especial sacar fotos de animales y paisajes, pero en mi empresa también nos dedicamos a sacar fotos en eventos especiales.

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