La relación entre Don Quijote y Sancho Panza

Mientras Don Quijote y Sancho viajan, Sancho le recuerda a Don Quijote la ínsula que Don Quijote prometió dejar gobernar a Sancho a cambio de su ayuda en estas aventuras. Sancho recuerda con frecuencia a Don Quijote su promesa a lo largo de la novela, mostrando que su lealtad a Don Quijote no proviene únicamente del afecto a su amo, sino también de su deseo de riqueza y poder.

Sólo Sancho creía que todo lo que decía su amo era cierto, porque conocía a su familia y se conocía a sí mismo desde la cuna. La única duda que tenía era la de la misma hermosa Dulcinea del Toboso; porque nunca había llegado a su conocimiento tal nombre ni tal princesa, aunque vivía en la vecindad de aquel lugar.

Mientras Don Quijote habla con los cabreros de su amor por Dulcinea y de la caballería, el narrador señala que sólo Sancho, entre su público, se toma al pie de la letra lo que dice Don Quijote. Los lectores pueden ver la credulidad de Sancho, ya que cree todos los cuentos de Don Quijote y sólo cuestiona la identidad de Dulcinea.

Sancho cita a don quijote

En aquel momento, descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento en aquella llanura. Y, en cuanto los vio don Quijote, dijo a su escudero: “La fortuna está guiando nuestros asuntos mejor de lo que jamás hubiéramos podido esperar. Mira allá, Sancho Panza, amigo mío, donde hay treinta o más gigantes monstruosos con los que pienso dar batalla y quitarles la vida a todos, y con sus despojos empezaremos a hacernos ricos. Esta es una guerra justa, y es un gran servicio a Dios librar a la tierra de una semilla tan malvada.”

“Me parece -respondió don Quijote- que no estáis versados en aventuras: son gigantes; y si tenéis miedo, apartaos de aquí y poneos a rezar, mientras yo me pongo a combatir feroz y desigualmente con ellos.”

Y diciendo esto, espoleó a su caballo Rocinante sin atender a lo que le gritaba su escudero Sancho, que atacaba a molinos y no a gigantes. Pero estaba tan seguro de que eran gigantes que no prestó atención a los gritos de su escudero Sancho, ni vio lo que eran, aunque estaba muy cerca. Más bien siguió gritando: “¡No huyáis, cobardes y viles criaturas, que sólo es un caballero el que os ataca!”.

¿Cómo recibe don Quijote su título de caballero?

La breve narración de Kafka, que según Walter Benjamin fue su logro “vollendetste” / (“más consumado”) (Benjamin 228), pertenece al grupo de textos sobreanalizados de la literatura alemana.    Este estudio se propone examinar aquellas de sus interpretaciones que podrían ser útiles para interpretar la enigmática novela de Stephan Wackwitz La verdad sobre Sancho Panza.

Las interpretaciones del texto de Kafka pueden ser tan numerosas porque, como es sabido, la fuerza de una frase literaria reside menos en lo que se dice que en “lo que no se dice” (Urzidil 343).    Como se verá a continuación, la única parábola de dos frases de Kafka está repleta de cosas no dichas que provocan preguntas y especulaciones.    Puesto que “la obra quijotesca tiene demasiado pudor -y demasiado humor-“, como afirmó Robert (7), no ofrece ninguna revelación.    El texto, escrito el 21 de octubre de 1917, dice lo siguiente

(Sin hacer ningún alarde de ello Sancho Panza consiguió con el paso de los años, alimentándolo con un gran número de romances de caballería y aventuras en las horas de la tarde y de la noche, distraer de tal manera de sí mismo a su demonio, al que después llamó Don Quijote, que este demonio se lanzó, desinhibido, a las más locas hazañas, las cuales, sin embargo, por falta de un objeto prefijado, que debía ser el propio Sancho Panza, no perjudicaron a nadie.    Hombre libre, Sancho Panza siguió filosóficamente a Don Quijote en sus cruzadas, quizá por sentido de la responsabilidad, y tuvo de ellas un gran y edificante entretenimiento hasta el final de sus días). (Traducido por Willa y Edwin Muir)

Palabras de Don Quijote

“Cuando la vida misma parece lunática, ¿quién sabe dónde está la locura? Tal vez ser demasiado práctico sea una locura. Renunciar a los sueños, puede ser una locura. Demasiada cordura puede ser locura – y lo más loco de todo: ¡ver la vida como es, y no como debería ser!”

“No niego que lo que nos ha pasado es algo digno de reírse. Pero no vale la pena contarlo, porque no todo el mundo es lo suficientemente inteligente como para poder ver las cosas desde el punto de vista correcto.”

“No es responsabilidad de los caballeros andantes descubrir si los afligidos, los encadenados y los oprimidos que encuentran en el camino están reducidos a estas circunstancias y sufren esta angustia por sus vicios, o por sus virtudes: la única responsabilidad del caballero es socorrerlos como personas necesitadas, teniendo ojos sólo para sus sufrimientos, no para sus fechorías.”

“Corresponde a los corazones valientes, señor, ser pacientes cuando las cosas van mal, así como ser felices cuando van bien… Porque he oído que lo que llaman fortuna es una mujer huidiza que bebe demasiado, y, además, es ciega, por lo que no ve lo que hace, y no sabe a quién derriba ni a quién levanta.”